El sábado 16 de diciembre de 2023 por la mañana, llegamos a Madrid preparados para un fin de semana dedicado al jojutsu de la escuela Shinto Muso Ryu Jo de la línia de Sei Ryu Kai España.

La práctica de katas, las secuencias de movimientos predefinidos que forman la esencia del jojutsu, fue el núcleo de la primera sesión. Desde los fundamentos hasta las complejidades, cada kata nos llevó a explorar la fluidez, la precisión y la elegancia del arte del bastón japonés. Los instructores, con ojo experto, ofrecían correcciones personalizadas, ayudándonos a perfeccionar nuestra técnica y comprensión.

El dojo se convirtió en un espacio donde el tiempo parecía detenerse, y cada movimiento se convertía en una expresión de la filosofía detrás del jojutsu. La concentración colectiva se manifestaba en la armonía de la práctica, creando un flujo continuo que conectaba a los participantes en un vínculo invisible. Las pausas entre katas se llenaban con explicaciones detalladas de los principios fundamentales y la historia del jojutsu. Este enfoque pedagógico no solo nos brindaba conocimientos técnicos, sino que también enriquecía nuestra comprensión de la riqueza cultural y filosófica que rodea a las artes marciales japonesas. Al final de la intensa sesión de la mañana, emergimos del dojo con un profundo sentido de logro y conexión. Las lecciones aprendidas resonaban no solo en nuestras habilidades físicas, sino también en nuestra comprensión más profunda de la disciplina y la perseverancia necesarias para dominar el jojutsu.

La mañana del sábado estableció un estándar elevado para el resto del fin de semana, creando un cimiento sólido sobre el cual construiríamos nuestra experiencia en la pràctica de la escuela. Cada golpe, cada movimiento, y cada enseñanza nos guiaron hacia una comprensión más profunda de este antiguo arte marcial, dejándonos ansiosos por lo que aún estaba por venir. Después de la práctica, nos dirigimos a un restaurante ecuatoriano cercano para disfrutar de una comida auténtica. La experiencia gastronómica, compartida entre risas y anécdotas, se convirtió en un componente esencial de nuestro viaje.

La tarde del sábado fue una intensa y enriquecedora sesión de entrenamiento que abarcó tres horas completes. A medida que avanzábamos en las tres horas de entrenamiento, nos sumergimos en la práctica de diversas katas, explorando la profundidad y la diversidad de las técnicas del jojutsu. Desde movimientos básicos hasta secuencias más avanzadas, cada kata presentaba un desafío único, exigiendo precisión, concentración y coordinación. Los instructores guiaron la sesión con maestría, proporcionando correcciones individualizadas y compartiendo conocimientos sobre la filosofía detrás de cada movimiento. Este enfoque personalizado no solo mejoró nuestras habilidades técnicas, sino que también nos permitió internalizar los principios fundamentales del jojutsu.

El sábado a última hora, cuatro alumnos se preparaban para someterse a los exámenes de nivel kyu, un momento crucial que pondría a prueba no solo sus habilidades técnicas, sino también su dedicación y progreso en Shinto Muso Ryu Jo-Do. El dojo se transformó en un espacio de evaluación, donde los instructores observaban con ojos entrenados cada movimiento, postura y técnica de los participantes. Los exámenes de nivel kyu son una oportunidad para que los practicantes demuestren su comprensión de las katas y su capacidad para aplicar los principios del jojutsu. El resultado favorable de los examinados se celebró en la cena.

Finalmente, nos reunimos para cenar juntos y realitzar la Asamblea General de Sei Ryu Kai España. Las conversaciones animadas continuaron, estrechando los lazos forjados en el dojo y enriquecidos por la exploración de nuevas experiencias culinarias. Sin importar nuestras diferencias, todos compartíamos la conexión única que surge de la práctica de las artes marciales.

El domingo nos sorprendió con una sesión especial de kenjutsu, añadiendo una nueva dimensión a nuestro fin de semana de aprendizaje y camaradería. La fluidez y precisión del sable japonés nos recordaron la diversidad de habilidades presentes en las artes marciales. El domingo, después de la última sesión de kenjutsu de Shinto Ryu, nos reunimos para compartir una comida que no solo marcaría el final de nuestro fin de semana de aprendizaje y camaradería, sino que también serviría como un momento de despedida y reflexión. Optamos por un restaurante local que ofrecía una selección diversa de platos, brindándonos la oportunidad de relajarnos y disfrutar de la compañía del grupo. Entre risas y conversaciones, compartimos nuestras experiencias, destacando momentos inolvidables del curso y reflexionando sobre el progreso personal que cada uno había experimentado. Después de la comida, nos dirigimos a la estación de tren para emprender el viaje de regreso a casa. A bordo del tren, reflexionamos sobre el fin de semana, recordando momentos de aprendizaje, desafíos superados y risas compartidas. El viaje de regreso en tren proporcionó un espacio tranquilo para la introspección, permitiéndonos asimilar las lecciones aprendidas y visualizar nuestro crecimiento continuo en las artes marciales.