No lo sabes, pero las Katas que realizas son como un bizcocho. ¿A qué me refiero con esto? Pues a la transmisión de la información y en como ha pasado de nuestros antepasados marciales hasta nosotros, y como nosotros la vamos a transmitir en el futuro.

Hace una semana estaba en Madrid participando de un seminario de Shinto Muso Ryu Jojutsu en el que sensei José Luís Latasa nos contó como sensei Vicente Borondo le explicó lo que significaba para él la transmisión del Kata. Vicente contaba que los Katas son como una cajita envuelta con un lazo con cosas dentro. Cuando nosotros recibimos esta cajita, tenemos de abrirla, ver su interior, conocer sus elementos, jugar con ellos, pensarlos y repensarlos y volverlos a guardar en la cajita tal y como nos la dieron para en un futuro, poder entregar esa cajita con el mismo lazo de la forma más intacta al siguiente destinatario (alumno).

Todo esto me recordó al momento de guardar unas piezas de «lego» en una caja. Cuando llevas un tiempo en las artes marciales, tienes muchas cajas de este juego almacenadas en tu estantería. Un buen sensei, es capaz de jugar con las piezas de cada caja y construir lo que hay en la tapa, puede juntar piezas de otras cajas, construir cosas nuevas, imaginarse escenarios, complementar con lo que lo ofrecen todas las cajas que tiene en su arsenal, pero a la hora de guardarlas, es ordenado y metódico, dejando cada caja intacta como el primer día, ni le faltan ni le sobran piezas, por lo que esa misma caja podrá ser heredada por su hijo que podrá replicar lo que hay en la tapa de la caja de lego igual que lo había hecho su padre años antes.
Es así como se debe mantener la transmisión de las Kata. Entendiéndolas como son, en su contexto histórico, en su lugar de creación, en el porqué y en lo que nos están enseñando dentro del propio sistema/escuela.

A raíz de esto, sensei Marcos Sala nos comentaba una cosa sobre una parte del reciente libro publicado de Nishioka Sensei, «The Lore of Jo»:
El primer kanji de kata 型, se suele leer kata y se refiere por ejemplo a un molde, el segundo 形, que es el que usamos en Budo para definir kata, se lee katachi y es forma. Desde el punto de vista de una persona japonesa, el kata-molde hace referencia a algo más cerrado e inmóvil, es como un molde de hierro de un pastel, pero el resultado de lo que sale de ese molde es el otro kanji de kata-forma, puesto que sale algo con la forma del molde, pero no tiene porqué ser exactamente igual, especialmente en el interior.
Cuando le explicas a un niño lo que es un bizcocho, es parecido a explicarle a alguien un nuevo Kata:
Un bizcocho es un pastel esponjoso y delicioso que se hace con ingredientes sencillos. Para hacerlo, necesitas harina, azúcar, huevos, mantequilla (o aceite) y algo para que suba, como levadura o polvo de hornear. Primero, mezclas estos ingredientes, luego viertes la mezcla en un molde para pastel y lo pones en un horno. Mientras el bizcocho está en el horno, algo mágico sucede. La masa sube y se vuelve esponjosa, creando un pastel suave y delicioso. Después de un tiempo tu bizcocho está listo para ser disfrutado. Después, puedes decorarlo con glaseado, frutas o lo que más te guste.
Con todas estas metáforas sobre el Kata puedes entender a lo que me refiero con que cuando realizas tu Kata, en el fondo, es una expresión de ti mismo (con tus ingredientes, tu horno y tu decoración) puestos en el molde que te dio tu padre (marcial) siguiendo una antigua receta del abuelo.